martes, 25 de noviembre de 2008

Las Hermanas Mirabal...Heroínas del Mundo!

EL ULTIMO DIA DE LAS HERMANAS MIRABAL

25 de Noviembre del 1960

OJO DE AGUA, SALCEDO CASA DE LA FAMILIA MIRABAL REYES

Patria y María Teresa Mirabal

Es viernes. Minerva, Patria y Maria Teresa estan listas para irse a Puerto Plata. Esperan al chofer que las va a llevar en el yip Land Rover del amigo René Bournigal. Alguien toca la puerta de entrada.

Patria: Buenos dias. Ah! Usted es el chofer que nos va a llevar?

Chofer: De eso venía a hablarle, fíjese yo no puedo ir pa’llá…

Patria: Cómo que no puede? Y ahora, quién nos llevará?

Chofer: Es que… como las estan acechando…

Patria: ¿Acechando? ¡Ah! Pero acechando estan ellos siempre…

Chofer: Si, pero e pa’matarlas!

Minerva se acerca a la puerta, al oir la conversación.

Minerva: Qué es lo que pasa, Patria?

Patria: El chofer que nos iba a llevar, se echo pa’trá. Tiene miedo?

Minerva: Qué es eso, de que usted no va?

Chofer: Mire, doña Minerva, mie’o no e… me entiende?

Minerva: Está bien. Váyase, esto no es obligado; pero debió de habermelo dicho ayer…

El chofer se aleja. Ahora queda la duda de ir o no. Minerva podría ir manejando, pero era muy riesgoso y ella no tenía la suficiente experiencia para tomar esa carretera. También, entendian que un hombre debia acompañarlas de manera que intentaron resolver la situación con alguien de confianza y coraje.

Minerva: Bueno, ahora sera buscar otro…

Patria: Pero a quién? Todo el mundo está metío en miedo…

Minerva: Patria, quédate dandole el desayuno a los muchachos, voy a buscar a Rufino De La Cruz.

CASA DE RUFINO DE LA CRUZ

Rufino: Minerva! Buen día! Qué está pasando?

Minerva: Que bueno que te encuentro Rufino. Lo que pasa es que necesito un favor y no sé tienes compromisos para hoy…

Rufino: No tengo compromisos.

Minerva: Es que el chofer que nos iba a llevar a Puerto Plata se arrepintió… tú sabes de los rumores que andan por ahí, sabes del riesgo que corremos, pero eso no nos puede detener… Tú te atreverias a ir con nosotras, manejando?

Rufino: Claro que sí. Ustedes saben que yo estoy para servirles y más en casos así. En qué nos iremos; en qué máquina?

Minerva: En el yip de René Bournigal.

FORTALEZA DE SALCEDO

Minerva Mirabal

El yip Land Rover está parado frente a la fortaleza de Salcedo; en su interior están Rufino al volante, y Patria. Del interior de la Fortaleza salen Minerva y Maria Teresa, quienes abordan el vehiculo y se van.

Patria: Y ahora, qué pasó?

Minerva: Lo de siempre, pero ahora no sé bien lo que había, estaban muy raros…

María Teresa: Sospechosos, diria yo.

Minerva: Estaban llamando al SIM en Santiago para darnos el permiso de salida

Patria: Ay! Dios cuándo acabará esta desgracia…!

RUFINO: Cuando Trujillo se muera. Total, él no nació pa’ semilla…

El yip enfila hacia Puerto Plata.

Rufino: Caramba, con esas lluvias la carretera se pone malísima.

Minerva: Vete al paso, Rufino. Patria, y qué tu me decias de Pedrito?

Patria: Te dire que Pedrito está muy esperanzado, como estan soltando a tanta gente…

María Teresa: Y seguirá soltando. Porque, mira que ese intento de asesinar a Rómulo Betancourt le ha salido muy caro a Trujillo.

Rufino: ¡Cojollo! Pero Trujillo no se contenta con matar gente de su pais, y ahora está queriendo eliminar presidentes de otros paises, asi mismo no fué que hizo con uno de Guatemala, no me recuerdo del nombre.

Minerva: Castillo Armas. Pero ese Castillo habia dado un golpe de Estado a Jacobo Arbenz, con ayuda de Trujillo…

María Teresa: Se ganó el trofeo de Campeón del Anti-comunismo…

Minerva: Ahora quiere aparentar generosidad, que no ha tenido que ver con atendados de nadie, se presenta como muy democrático soltando los presos politicos…

Rufino: Hasta a ustedes las soltó.

Minerva: Pero es como si estuvieramos presas, por que para donde quiera que vamos tenemos que pedirle permiso al SIM. Estar fuera de la cárcel es lo mismo que estar dentro, mientras Trujillo esté en el poder.

La conversación continua. Entretanto, el SIM comienza a tejer la operación militar para atrapar a Minerva a acompañantes, y cumplir la orden siniestra de Trujillo.

FORTALEZA DE SAN FELIPE, PUERTO PLATA.

Los agentes del SIM, Ciriaco de la Rosa, Emilio Estrada Malleta (de origen cubano), Alfonso Cruz Valerio, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez Terrero, reciben las ordenes del capitán Víctor Alicinio Peña Rivera.

Peña Rivera: Sargento Ciriaco, traiga a sus hombres.

El militar trae los esbirros ante su jefe.

Ciriaco: Señor, estos son Malleta, Cruz Valerio, Rojas Lora y Pérez Terrero…

Peña Rivera: El objetivo está en camino de Puerto Plata. Vienen en un yip Land Rover. Estan siendo seguidas discretamente, y ustedes deben asumir la persecución tan pronto entren a la ciudad, hay permanente comunicación por radio y el operativo debe cumplirse hoy mismo, el Jefe espera que ustedes no fallen. El sargento De La Rosa tiene las instrucciones. Alguna duda?

Ciriaco: No señor. La orden se cumplirá al pié de la letra… ¡Viva el Jefe!

TODOS: ¡Viva el Jefe!

Los agentes del SIM salen del despacho y ya en el partio de la fortaleza abordan el carro indicado en las plan, era un Morris-Oxford de color y de uso del transporte público. Terrero va al volante; a su lado Ciriaco, y atrás Malleta, Cruz y Lora.

Por su parte, Peña Rivera habla via telefónica con el jefe del SIM, Candito Torres Tejada.

Peña Rivera: Si, señor. Todo va según sus intrucciones. Yo mantendré el control por radio.

El jefe del Servicio de Inteligencia Militar le recalca la orden radical de Trujillo.

Torres Tejada: Que de hoy no pase. Usted y yo caeremos en desgracia si falla la operación. El jefe fué claro, tambien a los acompañantes, sean quienes sean…

Cerca del mediodia, las hermanas Mirabal llegan a Puerto Plata y se dirigen a la casa de José Eugenio Pimentel Lister, alias Chujo, un comerciante de electrodomésticos.

CASA DE CHUJO

Victor Alzinio Peña Rivera, Jefe regional del Servicio de Inteligencia Regional (SIM).
Fuente externa.
Chujo: ¡Vaya! Pero sin son ustedes! Crei que no vendrian hoy…

Minerva: ¡Chujo! Es que nos detuvimos en Santiago a comprar algunas cosas para cuando nos mudemos para acá.

María Teresa: Probablemente, sea la próxima semana. ¿Usted ya nos consiguió alguna casa?

Chujo: Esa de enfrente estaba ya convenida, pero al saber que era para ustedes como que se metieron en miedo…

Patria: ¿y qué es lo que está pasando aquí?

Chujo: Bueno, aquí en el pueblo se sabe que ustedes son anti-trujillistas, y eso dificulta que la gente les quiera alquilar una casa.

Minerva: Ya dejen eso. Lo importante ahora es que nos cambiemos de ropa. ¡Ah! El es Rufino de la Cruz, un gran amigo que nos está ayudando hoy.

Entran a la casa. Chujo advierte el paso de un carro del transporte público, donde van Ciriaco y sus agentes del SIM. Chujo y Ciriaco se topan con la vista por escasos segundos, ambos se miran con el rabito del ojo.

DENTRO DEL CARRO

Asesinos de las hermanas Mirabal.

Ciriaco: Ese que se quedó mirando es el tal Chujo, otro conspirador comunista.

Malleta: Bueno las carajas esas ya llegaron, ¿qué vamos a hacer ahora?

Ciriaco: Nos mantendremos cerca, pero el plan es cuando salgan a la carretera despues que visiten a sus mariditos. Dale, Terrero, vamos pa’ la fortaleza.

Terrero: Si, señor. ¿Quien se quedará por aquí, vigilandolas?

Ciriaco: Esas no salen de aquí sin que nosotros lo sepamos…

CASA DE CHUJO

Minerva: ¿Cómo le va a los muchachos? ¿Estan comiendo bien?

Chujo: Me estoy ocupando de la comida, hay una persona que se la lleva todos los dias. Hoy les envié lambí, y les guardé un poquito a ustedes. A qué hora es la visita?

María Teresa: Eso es para las dos de la tarde, así que hay tiempo demás…

Luego del almuerzo cocinado por Melín, esposa de Chujo, las Mirabal se preparan para la visita a Manolo y Leandro.

Patria: ¡Muchachas, póngase bien bonitas!

María Teresa: Ay, Patria, dejate de eso que no es para una fiesta que vamos…

Minerva: ¿Y hay algo mejor que ver a nuestros esposos?

Patria: ¡Pintense bien! Maria Teresa ponte esas trensas bien bonitas, tu sabes que ese es el delirio de Leandro. ¿Que tal luzco?

Patria modela para sus hermanas y la buena alegría de todas se deja sentir.

María Teresa: Si Pedrito González te ve…

Patria: Si me ve, diria que soy la mujer más bella sobre la tierra! Bueno, las veré allá afuera.

Patria sale de la habitación. Minerva y Maria Teresa se quedan pensativas, se miran y luego, casi instintivamente, se dan un fuerte y largo abrazo. A Maria Teresa casi se le aguan los ojos, Minerva le dice en un gesto cuánto la quiere. Ambas se miran con profunda admiración.

María Teresa: ¿Qué tu crees? ¿Soltarán a Pedrito?

Minerva: No. No, miestras estemos luchando, ni a él ni a Leandro, ni a Manolo, a nadie que esté comprometido con el 14 de Junio. Maria Teresa, esto será largo y tortuoso… Bien, ya estoy lista. Date rápido con esas trenzas.

FORTALEZA DE SAN FELIPE. 2:00 DE LA TARDE

El carro en que andan los agents del SIM está estacionado frente a la puerta de entrada de la fortaleza. Por el lado, pasa el yip Land Rover con las Mirabal y Rufino, y se estaciona más adelante. Las Mirabal descienden del vehiculo y se dirigen a la oficina de la comandancia. Ciriaco de la Rosa vigila cada movimiento de las hermanas, desde un punto del resinto carcelario, junto a los otros cuatro esbirros.

Ciriaco: ¡Coño, por fin llegaron!

Malleta: ¿Y ahora qué vamos a hacer? ¿Esperar dos horas más?

CIRIACO: ¡Tú tá loco! Esa visita la acabo yo de una ve…

Malleta: ¡Pero pueden sospechar! ¿Tú no crees?

Ciriaco: Una horita, le daremos una hora. Déjame avisarle al Coronel Saladin. Esperen aquí. No, no, mejor ve tú, Malleta. La Minerva esa me conoce y es capaz de reconocerme y sospechar…

Malleta: Entonces, ¿qué hago?

Ciriaco: Llama al capitán Alicinio y a Torres Tejada, avisales… y al coronel Frias que corte la visita…

Malleta se dirige hacia la oficina. Ciriaco se acerca a la ventana a vigilar. Las Mirabal estan saliendo de la oficina del coronel Saladin cuando se topan con Malleta, este se queda mirandolas, luego entra al despacho. Antes de cerrar la puerta vuelve y las mira.

María Teresa: ¿Y ese quién sera? ¿Tu te fijaste cómo se nos quedó mirando?

Minerva: Ese tiene que ser un calié, de eso es que tiene la cara.

Minerva detiene al grupo, cuando mira de soslayo hacia la ventana donde está Ciriaco, quien se quedó inmóvil al toparse con la mirada de Minerva, reacciona y se esconde.

Patria: ¿Qué pasa?

Minerva: Que acabo de ver a uno del SIM, Ciriaco de la Rosa, en aquella ventana…

Patria: ¡Dónde? Yo no veo a nadie ahí…

Minerva: ¡Se escondió!

Patria: ¡Ay, Minerva! Esos son los nervios que te tienen así, ahora tienes delirio de persecusión.

Minerva: ¡Bueno, si estan vigilando que vigilen! ¡Qué le vamos a hacer! ¡Vamos!

CUARTO DE VISITAS DE LA FORTALEZA

Las Mirabal estan sentadas a la espera de Manolo y Leandro, quienes aparecen acompañados de un escolta. Minerva y Maria Teresa se abrazan a sus maridos. Patria se úne.

Manolo: ¡Caramba, qué alegría!

Minerva: ¡No te dije Maria Teresa!

Leandro: ¡Por fin! ¡Oh, pero miren quien está aquí!

María Teresa: Patria quiso acompañarnos hoy…

Patria: ¡Ay, no me aguantaba las ganas de verlos!. Pedrito les manda saludos.

Manolo: ¿Sigue preso en La Victoria?

Patria: Si, Trujillo ha soltado a mucha gente, pero a él no, sigue ahí metido.

Minerva: Si, ese atentado a Betancourt, las presiones de la OEA, las sanciones económicas, las sanciones diplomáticas, todo eso lo tiene bastante presionado.

Manolo: ¿Qué hay de Fidel Castro?

Minerva: Tiene bastantes problemas con mucha gente llendose de Cuba para Miami, aquí hay muchos cubanos agitando y conspirando para derrocar a Fidel. Trujillo que quiere mandarlo a matar, pero eso no se le va a dar…

Patria: Nosotras pensamos que Trujillo está en sus últimas, la iglesia en contra, él renegando del Concordato con la iglesia católica, y ni se calla, lo dice en público, oigan sus expresiones: “los curas están jodiendo mucho”, dice a cada rato.

María Teresa: Y también de nosotras habla…

Patria: ¡Maria Teresa, muchacha!

Leandro: ¿Qué tu quieres decir?

Minerva: Lo que pasa es que Trujillo, ustedes saben, merodea mucho por Salcedo, y nos contaron esto: llegó Trujillo donde uno de sus caciques, Rafael Quesada, y le dice – ¡Oh, Jefe! ¡Qué bien se le ve! Y Trujillo le contesta: - Yo no estoy bien, no. Yo tengo muchos problemas. Y le dice Quesada: - ¿Problemas? Pero el Jefe no puede tener problemas. Y Trujillo: Sí, yo tengo problemas. Tengo dos problemas, los curas y las Mirabal… Entonces, todo el mundo hizo silencio y eso se ha regado como pólvora…

Manolo: ¿Y desde cuándo ustedes saben eso?

Patria: Bueno. En ésta semana es cuando se habla de eso…

María Teresa: Y la gente diciendo que el SIM nos está vigilando, ya tu sabes para qué.

Minerva: Ah, pero vigilando están ellos siempre, asustando y matando gente inocente.

Patria: Minerva, cuidado con lo que dices, que no estamos solos!

El guardia mira con odio al grupo, al oir a Minerva. Patria le hace ademan de que hable bajo.

Minerva: ¡Ay, ombe! ¡Que oiga! Total ya estamos fichadas, condenadas y presas!

Manolo: Esto no puede seguir así. Algo está pasando. En la próxima visita es a quedarse que vienen.

Minerva: Pero Manolo, la situación internacional no es para que Trujillo siga asesinando gente, ni creo que se atreva a ponernos un dedo encima.

Ramón Marrero Aristy, asesinado por el régimen trujillista.

Leandro: Precisamente, esa es su manera de actuar. Fué así como acabó con Donato Bencosme…

María Teresa: Que diga que los curas y nosotras seamos su problema no significa que no a a mandar a matar. Tendría que hace lo mismo con Monseños Panal…

Minerva: Ese sí es un cura de verdad. Ese es de los únicos que se atreve a decir en público que estamos pasando hambre, que los dominicanos no tenemos trabajo, ni pan ni techo.

Manolo: Pero él es cura, tiene protección. Ustedes no. Andan indefensas por ahí. Ni ustedes ni nosotros somos la excepción, Trujillo no deja ningun enemigo vivo.

Minerva: Ya está bien. La próxima vez, en la próxima semana vendremos a quedarnos. Chujo y yo nos ocuparemos de buscar una casa hoy y dejarla alquilada.

En ese instante entra un Sargento con la orden se cortar la visita.

Sargento: Señores y señoras, se acabó la visita.

Minerva: ¿Cómo va a ser?

María Teresa: Son dos horas y no tenemos ni una…

Manolo: ¿ Sargento no habrá una equivocación?

El militar con la cabeza baja hace gesto de no. No mira al grupo y se limita a decir cuatro palabras.

Sargento: Son órdenes del coronel.

El grupo está estupefacto con la sorpresiva decision de cortarles la visita.

Minerva: Está bien vamonos. Ah! El doctor Concepción vendrá sin falta la próxima semana si Dios quiere…

FRENTE DE LA FORTALEZA. 3:15 DE LA TARDE.

Afuera, Ciriaco y sus secuaces abandonan el lugar en el Morris-Oxford. En todo momento, Rufino ha permanecido dentro del Land Rover y ve la acción de los agentes del SIM, y se les queda mirando por el espejito del vehículo hasta perderse de vista. Un instante despues llegan las Mirabal.

Patria: Bien, Rufino nos vamos. Hey, Rufino, ¿qué pasa?

Rufino: No, nada, es que vi unos calieses salir despues que ustedes entraron y se fueron en un carro del transporte público de la capital.

Minerva: Rufino, vamos donde Chujo.

FRENTE A LA CASA DE CHUJO. 3:30 DE LA TARDE.

Ya en la casa de Chujo este trae las maletas de las Mirabal quienes ni se han desmontado del vehiculo. Cercano se encuentra el carro con la gente del SIM. Chujo vuelve a advertir la presencia de los esbirros y los enfrenta con la mirada al tiempo que pregunta a Rufino.

Chujo: Rufino, ¿usted vió si lo seguía alguien, algún carro cuando venía ahora?

Rufino: De la fortaleza para acá no vi a nadie.

Minerva: Chujo los muchachos estan muy preocupados con el comentario que le hicimos sobre lo que anda diciendo Trujillo.

Chujo: Minerva, este asunto es para preocuparse, pero ahora es mejor que se vayan pronto por esos nubarrones que se acercan y esa carretera es muy peligrosa. Déjame lo del alquiler de la casa que yo veré cómo lo resuelvo.

Minerva: Si, pues este será nuestro último viaje.

En ese momento sale afuera la esposa de Chujo, Melín.

Melín: Muchachas ¿no sera mejor que se vayan mañana sábado?

Minerva: ¿Mañana? Doña Chea se vuelve loca si no no ve llegar hoy a sus hijas.

Rufino: No hay problema, podemos llegar aún hoy con el sol afuera.

Chujo: Está bien. ¿Cuándo vuelven?

Minerva: El martes o el miércoles estamos aquí. Arregla lo de la casa porque venimos a quedarnos.

Chujo: Si despreocúpate. ¡Rufino, cuídalas!.

Melín: ¡Vayan con Dios!

PUESTO DE CONTROL DE PUERTO PLATA. 3:40 DE LA TARDE.

El yip con las Mirabal y Rufino está en el puesto de chequeo, el puesto de control del régimen trujillista usado para vigilancia de todo vehículo y persona que se movimenta en todo el territorio nacional. Estan en la fila para ser chequeados, detras del yip viene un camion de la Caja Dominicana de Seguros (que luego se llamaría Instituto Dominicano de Seguros Sociales) y detrás de éste el Morris-Oxford con los esbirros del SIM. En el momento en que un cabo del ejército chequea las placas de los vehículos, Ciriaco lo llama ante sí.

Ciriaco: Cabo venga acá.

Fué un “venga acá” bien autoritario, tanto que el cabo brincó y se rindió al mandato como perrito ante el amo que lo llama.

Cabo: Sí, señor.

Ciriaco: Mire, yo soy el sargento Ciriaco de la Rosa del SIM. Ellos también, andamos en misión especial. Detenga ese yip Land Rover hasta que nosotros nos alejemos bastante. Entendido?

Cabo: ¡Como ordene señor!

Acto seguido el obediente cabo cumple lo ordenado, mientras los esbirros se alejan del lugar.

Cabo: Señoras ustedes tienen que esperar un momento hasta confirmar.

Rufino: Pero ya usted lo habia confirmado…

Cabo: Usted se me está tranquilito que aquí nadie está completo.

Cabo: Está bien, está bien, haga su trabajo.

CERCA DE LA CUMBRE. 4:30 DE LA TARDE.

Donato Bencosme, asesinado por el régimen trujillista.
Los del SIM esperan en un recodo del camino. Todo está montado para la emboscada a las Mirabal. La comunicación entre los militares de la zona es intensa. Ciriaco repasa las ordenes.

Ciriaco: ¿Y los palos?

De la Cruz: Atrás, en el baúl...

Malleta: ¡Coño, ahí viene el yip!

Ciriaco: ¡Preparense carajo, esto no puede fallar! ¡Viva el Jefe!

El grito de ¡Viva el Jefe! no era un grito de guerra era una arenga de muerte y loas al régimen trujillista. El grito de la intolerancia, de la maldad, del odio, de la más hedionda miseria humana. Las fieras se paran en medio de la carretera con las garras en alto.

EN EL YIP

Rufino: ¿Qué será lo que quieren esos tipos?

Minerva: Párate Rufino, vamos a ver qué quieren, no hay más remedio.

Patria: ¿Serán del SIM?

María Teresa: Tal parecen, pero andan en un carro público de la capital…

Minerva: Ese de ahí es Ciriaco de la Rosa.

Rufino detiene el yip justo a escasos pasos de los esbirros del SIM.

Minerva: ¿ Qué desean?

Ciriaco: ¿Ustedes son las Mirabal?

Minerva: Usted bien que nos conoce, sabe que yo me llamo Minerva Mirabal y que nos conocimos en la carcel de la “40”. Su nombre es Ciriaco de la Rosa…

Ciriaco: Tiene buena memoria. Así que ya no tengo que decirle que somos del SIM.

Rufino: ¿Y qué usted quiere?

Malleta: Oye tú, cállate…

María Teresa: Pero eso es. Que diga lo que pasa y que nos deje ir…

Ciriaco: Ustedes tienen que acompañarnos, estan detenidas…

Minerva: ¿Y eso qué es ahora?

Criaco: Son órdenes. Allá le diran. Así que bajense y móntense en el carro.

Rufino: Ah, no. Nosotros vamos en el yip

Malleta: ¡Vaya con el caballero! Usted no entiende cuando tiene que callarse!

Ciriaco: ¡Ta bueno ya! Bajense del yip...

Ciriaco abre la puerta delantera y toma a Minerva por un brazo, empieza el forsejeo.

Minerva: ¡Nadie nos saca de aquí, abusador!

Ciriaco: Coño aquí mando yo, carajo, salgan de ahí. Malleta, Cruz, Lora, ocupense de las otras.

Patria logra escabullirse por la puerta trasera del Land Rover en el preciso instante en que se acerca el camion de la Caja de Seguros Sociales y el chofer advierte a lo lejos el movimiento…

Chofer: Hey, ¿qué pasa ahí?

El camion se detiene justo atrás del Land Rover, y en medio de la carretera.

Patria: ¡Ayúdennos!¡Nos quieren matar! ¡Somos las Mirabal!

Patria llega hasta el camion y se aferra al manubrio de la puerta del chofer. De inmediato Ciriaco se lanza sobre ella y la jala safandola violentamente.

Ciriaco: Tenga mucho cuidado con lo que dice. Cuidado si abre el pico. Nosotros somos del SIM. ¡Usted no ha visto nada! ¿Tá claro? Lárguese… Terrero déjalo pasar, y usted doña tese quieta!

El camión se aleja del lugar. Las Mirabal son esposadas con los brazos alante.

Malleta: ¿ No es peligroso dejarlos ir?

Ciriaco: Esos van muertos del miedo, pero después nos encargaremos de que no abran el pico.

Minerva: ¿Qué es lo que ustedes van a hacer con nosotras?

Recibe un silencio por respuesta. Los esbirros las montan en el carro, en tanto a Rufino lo dejan en el yip. Patria y Maria Teresa van atrás con Cruz Valerio. Minerva alante con Ciriaco al volante y Lora del lado de la puerta. Malleta y Terrero llevan el yip.

Ciriaco: ¡Oye Malleta, encargate de todo!

Minerva: ¡Esto le va a pesar a Trujillo!

LA CUMBRE. 5:00/7:00 pm

El Morris se dirige por un camino vecinal y se detiene al llegar a un laberinto de árboles. Ciriaco, Lora y Cruz salen del carro, permaneciendo las Mirabal adentro.

Ciriaco: Cruz, tú te vas a encargar de la de la trenza. Lora, llevate a esa de alante. Yo me ocupo de la otra. Vayan sancando los palos, en lo que llegan Malleta y Terrero.

Patria reza. Minerva y Maria Teresa permanecen calladas. En otra parte cercana se encuentran Malleta y Terrero planeando cómo matar a Rufino.

Malleta: Yo le voy a poner conversación y tu lo agarra por detrás, dale bien duro.

Rufino inquiere a los hombres.

Rufino: ¿Para dónde se llevaron a las Mirabal?

Malleta: Caballero, no se preocupe por eso, Ahorita vamos pa’ llá!

Terrero se acerca por detrás y le propina un fuerte garrotazo a Rufino, quien cae pesadamente, ya inconsciente en el suelo ambos hombres le propinan una andanada de golpes con un palo hasta sentir que muere. Lo montan en el yip y se van al encuentro de los demás. El siniestro plan comienza a realizarse. Al llegar informan de la muerte de Rufino cuyo cuerpo queda inerte dentro del Land Rover.

Ciriaco: Ahora quedense vigilando en lo que nosotros terminamos con las mujeres esas…

Patria reza. Minerva advierte que los esbirros se dirigen hacia ellas.

Ciriaco: ¡Salgan de ahí!

Agarra a Minerva, pero ésta se safa y sale sola. María Teresa sale, Patria se resiste, pero Ciriaco la saca de un jalón. Forcejeo. Minerva y Maria Teresa intentan defender a Patria empujando a Ciriaco, pero son agarradas por Lora y Cruz.

Patria: ¡Nos van a matar!

Ciriaco: ¡Cállense! ¡Acabemos con esta vaina!

Patria: Ay, por Dios, no nos maten. Somos madres…

Minerva: ¡Patria, no le ruegues a estas fieras!

Ciriaco: ¡Ta’ bueno! ¡Acaben con eto!

Violentamente, Lora agarra a Minerva. Ciriaco a Patria, y Cruz a María Teresa. Son separadas e introducidas entre los matorrales. María Teresa empuja a Cruz e intenta huir, pero es alcanzada y derribada de un golpe en la cabeza, cae boca abajo y Cruz se le tira encima dandole fuertes golpes en la cabeza, luego toma un pañuelo y la ahorca hasta la muerte. Igual ocurre con Patria, quien empujada por Ciriaco cae boca abajo y al intentar pararse es derribada a golpe de palos, sin darle tiempo a gritar, luego es ahorcada por Ciriaco, con un pañuelo. En tanto, Minerva enfrenta a Lora, quien ciego de ira la golpea en los brazos y luego en la cabeza hasta que Minerva cae inconsciente.

Cargan los cuerpos y los montan en el yip. Se dirigen hasta las orillas del precipicio de La Cumbre, el lugar elegido para finalizar la operación militar. Cuando se disponen a empujar el Land Rover hacia el precipicio, Ciriaco advierte quejidos de una de las Mirabal.

Ciriaco: ¡Hay una viva! Ustedes, coño no sirven pa’ ná…

Descubre que la que aún está con vida es Minerva. La saca del yip y le dá tantos garrotazos que los otros quedan estupefactos con la bárbara acción.

Ciriaco: Ahora, montenla en el yip, ya está muertecita la Minerva esa…

El yip es empujado hacia el barranco con los cuerpos de las Mirabal y de Rufino en su interior. El sol se ha ocultado. Las fieras se retiran.

Sus Vidas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No cuesta nada publicar el creador de este texto; tiene derechos de autor.

Angel dijo...

El texto fue tomado de Livio.com